
06 May Cómo combatir el racismo dentro de las aulas
La lucha contra el racismo dentro de las aulas debe implicar a toda la comunidad educativa, además deben ser un eje transversal para todas las materias, siempre adaptado a las dinámicas de cada edad.
El racismo se manifiesta a través de la discriminación y de las actitudes negativas dirigidas hacia otras personas o grupos.
La mayor complejidad que entraña el racismo, es que se produce de muchas formas y que además las personas que tienen ese tipo de actitudes suelen negar que eso sea así, por eso es muy importante poder abordar el racismo en la escuela, para que así los menores aprendan a distinguir conductas racistas.
En la aulas españolas existen un gran número de alumnos extranjeros, además de numerosos hijos de inmigrantes, por eso es necesario darle a este problema la importancia que tiene, ya que lo ideal sería poder construir todos unidos una sociedad diversa y plural.
¿Cómo se manifiesta el racismo en las aulas?
La forma más evidente de racismo dentro del aula se da cuando una persona agrede a otra debido a su lugar de procedencia, religión o color de piel. Ya que hay personas que siguen justificándose defendiendo que hay culturas que son superiores a otras.
Pero en ocasiones, estas situaciones xenófobas, no son tan evidentes y sencillas de detectar, ya que están arraigadas y normalizadas dentro de la sociedad. Aquí es donde podemos hablar de microrracismos, que son manifestaciones racistas cotidianas normalizadas hasta el punto de que pasan totalmente desapercibidas para las personas.
Por todo esto, se hace de suma importancia, saber detectar tanto el racismo como el microrracismo desde el ámbito escolar, para ponerles fin y que no se conviertan en formas graves de violencia.
¿Cómo debemos abordar el racismo desde las aulas?
La escuela es el lugar ideal para transmitir valores a los adultos del futuro, el racismo se debe abordar de forma transversal y siempre implicando a toda la comunidad educativa y a las familias.
Además, es importante el fomento de valores básicos, como la tolerancia, el respeto, el reconocimiento de la diversidad como algo positivo o aprender a dialogar con todas las personas.
Cuando una sociedad pretende acabar con el racismo, debe formar a sus alumnos en el pensamiento crítico, la empatía y la sensibilización hacia la pluralidad cultural.
La escuela se convierte así en el máximo exponente educativo con el que tratar de acabar con toda manifestación discriminatoria de la sociedad.
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